Amefurikozo

Amefurikozo

El Amefurikozō (雨降り小僧 "Rain Child") es un espíritu del folclore japonés ilustrado por Toriyama Sekien en su libro Konjaku Gazu Zoku Hyakki.

Amefurikozō En la literatura

Literatura clásica

En "Konjaku Gazu Zoku Hyakki", lleva un paraguas y una linterna de papel .

En el texto explicativo, está escrito que "hablando del dios de la lluvia Ushi, está el amefurikozō, trabajando en su jidō(雨のかみを雨師(ushi)といふ 雨ふり小僧といへるものは めしつかはるる侍童( jidō)にや)," diciendo que son los jidō (niños empleados por la nobleza) del dios chino de la lluvia Ushi.

Dado que Ushi (雨師) es un título honorífico de la nobleza (大人, "ushi"), y dado que jidō (侍童) puede entenderse como jidō (児童) que significa "niño", se puede interpretar que este yōkai es un juego de palabras para significar "un niño empleado por un adulto".

En el libro kibyōshi del período Edo, al igual que el personaje tōfu-kozō, aparecen como yōkai desempeñando el papel de sirvientes.

En el kibyōshi "Gozonji no Bakemono (御存之化物)" de Jihinari Sakuragawa e ilustrado por Utagawa Toyokuni en (1792), cuando un hombre camina en una noche lluviosa, un amefurikozō tuerto que lleva una kasa de bambú y agarra algo en ambos manos.

Debido a que aparecen en las noches lluviosas y a que poseen algo en ambas manos, pueden confundirse con el tōfu-kozō que también aparece en las noches lluviosas sosteniendo un tōfu.

Amefurikozō en la literatura moderna

Para la literatura sobre yōkai publicada después del período Shōwa y durante el actual período Heisei, existen teorías de que si uno roba su paraguas y lo usa, nunca podría volver a quitárselo, o que le gusta mojar a la gente y verla enfadada.

Según las explicaciones de Mizuki Shigeru Road, en Sakaiminato, prefectura de Tottori, el amefurikozō tendría la función de regular la lluvia, algo que está fuertemente relacionado con la vida y el trabajo de cada persona.

En la parte titulada "Amefurikozō" del ensayo de Norio Yamada "Tōhoku Kaidan no Tabi", hay una historia en la que, en el distrito Kamihei de la prefectura de Iwate, un zorro le preguntó a un amefurikozō si podía hacer llover, porque iba a haber una boda de zorros, y cuando el amefurikozō movió la linterna de papel, de repente comenzó a llover y la boda de zorros pudo tener lugar.

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